La profe Evelyn Relato erótico
- Re edición Zelda Zonk
- 17 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 mar
-Hey!! ¿No está prestando atención? ¿En qué planeta estás? Con la mirada toda perdida, atiende a clase, por eso sacas malas notas, quédate luego en el aula para darte algunos ejercicios de recuperación.-
Exclamó La profe Evelyn Relato erótico
Estaba en el planeta tetas, jajajaja no sé si mis otros compañeros veían, yo creo que si pero era increíble como esas tetas luchaban con la camisa del uniforme de las profesoras, esos botones amenazaban con explotar, era una tensión constante, entre miedo y ganas de que esa camisa se rompa y queden a vista de todos las enormes, magníficas mamas de la docente.

¡Cada vez que se agachaba nos regalaba una vista gloriosa, me imaginaba siempre metiendo toda mi cara ahí!!
Pero también estaba en el planeta piernas, tengo un fetiche con las medias nylon, y a ella le quedaban especialmente deliciosas, sostenían esas piernas largas y bien formadas, adornadas de una falda que entallaba su gran culo y unos zapatos de tacón que me la ponían muy dura a cada paso. Muchas veces me quedé pasada la hora de clase de estadística a la espera de que se calme el muchacho. Aunque hoy, me lo pidió ella y así lo hice.
Me acerqué al escritorio muy avergonzado.
Te voy a mandar algunos ejercicios de recuperación y quiero que revisemos tu último examen. Me puse al lado de ella para poder ver juntos, su aroma me impactó, el cabello le olía delicioso y desde este ángulo tenía una vista de sus senos que ufff.
La noté inquieta, como acalorada, se movía el cabello hacía un costado y se aventaba aire con la mano, lo ignoré y seguí a tendiendo sus correcciones.
Se pasó la mano por la media nylon y se le quedó enganchada la uña, se rompió. Ay, yo no sabía que hacer, le pregunté. ¿Está bien profe? ¿Le ayudo en algo?,
-ayúdame a quitarme estas medias- me dijo moviéndose a un lado de la silla se empezó a meter las manos por debajo de la falda y jalarse las medias, no lo podía creer. Cuando ya las tenía a medio muslo insistió: -ayúdame!!-.

Empecé a deslizarlas por sus piernas y fue glorioso, el aroma de su sexo se escapaba de su falda, me di cuenta que no traía bragas. No pude más tuve una erección. Ella lo notó y se le escapó una risa pícara.
-¿Tengo mucho calor, te incomoda si me quito la camisa?- Preguntó. Para nada le dije, -Cierra la puerta, no quiero que entren y piensen mal.- Empezó a desvestirse frente a mí, tenía una brassiere rojo de encaje que levantaba sus grandes senos. Siguió explicando. No pude evitar tocarla, puse mi mano en su hombro y ella de nuevo movió su cabello al otro lado, mostrando su cuello y su torso desnudo. Me acerqué más y ella deslizó mi mano hacia su falda. Empecé a subirla despacio hasta llegar a su vulva, estaba tan húmeda, supe ahí que ella también me deseaba, desabroché su sostén y pude empezar a tocar y lamer sus tetas cerrando los ojos, ella me masturbaba sobre el pantalón y poco a poco fue descubriendo mi pene erecto, me masturbaba mientras le succionaba el pezón como un bebé hambriento.
-Rápido, alguien puede entrar.-

Alcé su falda y la acosté en el escritorio, empecé a chupar sus genitales, su culo, su vulva, tenían un sabor agridulce exquisito, ella ahogaba sus gemidos mientras se tocaba las tetas, fue la escena más sexy que había visto.
-Métemelo- dijo ella, como una súplica
Su vagina estaba tan húmeda y caliente, empecé a embestir despacio, sintiendo cada segundo. Una fuerte corriente me recorría el cuerpo, iba a venirme dentro de ella y se lo dije.
-No,- contestó alterada.
Puso mi verga en su boca y empezó a lamer todos sus fluidos. El orgasmo fue inevitable, le llené la boca y ella se tragó todo el semen con gusto.

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